Desde el pasado 1 de octubre comenzó en su variante digital la recogida de información, práctica que, según las autoridades del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), debe continuar en ascenso hasta el 30 de octubre, pues luego comenzará la recolección de datos de forma presencial.
Sobre la polémica generada respecto a la entrega del número de la cédula de identidad en el formulario virtual, el director del INEC, Roberto Castillo, aclaró que es opcional y aseguró que la institución deberá hacer un buen uso de la información para preservar la privacidad de los ciudadanos.
Desde la Asamblea Nacional (parlamento) hubo críticas al proceso y determinaron que la Comisión de Transparencia y Participación Ciudadana realice un control político del censo.
Además de rechazar la entrega de datos considerados personales y sin valor estadístico, expertos presentes en el pleno del legislativo alertaron sobre la posibilidad de no incluir lo suficiente a los pueblos originarios y afrodescendientes si no se ajusta el formulario.
Esas comunidades han sido poco llamadas a participar en este censo y tememos que pueda ocurrir un “etnocidio estadístico”, señaló John Antón, académico del Instituto de Altos Estudios Nacionales.
Este censo, que se realiza en Ecuador 12 años después del último estudio de esas características, deberá concluir el 18 de diciembre y a partir de entonces se espera saber cómo ha cambiado la población, las dinámicas familiares, económicas y sociales de los ciudadanos.
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