Por otra parte, el ritmo anual de crecimiento se situó en el 2,6 por ciento. Con esos indicadores, la considerada primera economía del mundo escapa, al menos por ahora, de la temida recesión técnica.
Según el informe publicado este jueves, el aumento del PIB estuvo relacionado con una mejora de las exportaciones, el gasto de los consumidores, de la inversión no residencial y del gasto público tanto federal como de estatales y locales.
Estos indicadores compensan en parte el decrecimiento en la inversión residencial y en otras inversiones, precisó la BEA.
No obstante, muchos componentes de la economía permanecen sin recuperación, como es el caso del consumo de los hogares en un momento marcado por la elevada inflación.
Por una parte, si bien el gasto de los consumidores mejoró por el aumento del gasto en servicios, como los de salud o los viajes, el consumo de bienes descendió y aún más el gasto en automóviles, alimentos y bebidas, detalló.
En cuanto al aumento del gasto público se debió sobre todo al mayor gasto en defensa en el caso del Gobierno federal, y en el aumento de las compensaciones a empleados por parte de los gobiernos estatales y locales
En el caso de la bajada de la inversión residencial, se notó sobre todo en las construcciones familiares y en las menores comisiones de los vendedores inmobiliarios. Las menores inversiones se dieron más que todo en el comercio.
Según la BEA, la vuelta al crecimiento se produce en un contexto marcado por la elevada inflación y las consecuentes subidas de tipos de interés o los problemas en la cadena de suministro, factores que no son despreciables.
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