«Discutiremos la posibilidad de aprobar nuevas transacciones en relación con empresas estratégicas rusas. A pesar de las sanciones externas, los activos de las empresas nacionales siguen siendo de interés para los inversores extranjeros», resaltó el jefe de Gabinete.
Además, exhortó a la cooperación abierta con empresarios extranjeros dispuestos a relaciones comerciales ‘honestas y constructivas’.
El Kremlin mantiene una política de apertura al diálogo para el intercambio comercial con socios europeos y como estrategia fortalece sus potencialidades económicas y el rublo como moneda de transacción y ampliación de su mercado extranjero.
«Tenemos industrias confiables y competitivas en el mercado internacional, y sin dudas, los empresarios extranjeros lo saben», agregó Mishustin.
Desde 2014, la Unión Europea (UE) decretó sanciones contra Rusia tras la adhesión de Crimea y aumentaron con los referendos para la entrada de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, las regiones Zaporozhie y Jersón.
Según la página oficial del Consejo de la (UE), un total de mil 206 personas y 108 entidades de Rusia están bajo medidas restrictivas con una vigencia hasta el 31 de enero de 2023.
Las sanciones afectan a los sectores financiero, comercial, energético, de transporte, tecnológico y de defensa.
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