Según informó este jueves la multinacional con sede en Londres, entre julio y septiembre pasados, las ganancias estuvieron en el orden de los nueve mil 500 millones de dólares, cifra que duplica la obtenida en igual periodo del año anterior.
Pese a ello, Shell, que ganó 11 mil 500 millones de dólares entre abril y junio, esperaba obtener mil millones más en ingresos netos en el tercer trimestre, como resultado del aumento de los precios globales de los combustibles.
Aclaró, sin embargo, que una disminución en las ventas del gas natural licuado, menores márgenes en los productos químicos y la refinación, y más gastos en las operaciones influyeron en que las cifras cerraran por debajo de las expectativas.
Como era de esperar, el anuncio de Shell hizo que los partidos opositores y los grupos ambientalistas redoblaran sus llamados al Gobierno conservador británico para que imponga un gravamen único sobre las ganancias exorbitantes que obtienen las empresas petroleras y gasíferas.
Mientras millones de familias tienen dificultades para pagar la factura energética, el hecho de que Shell registre su segundo mayor beneficio trimestral en la historia de la compañía es otra prueba de que necesitamos un impuesto para hacer que esas empresas paguen una cuota justa, afirmó el diputado laborista Ed Miliband.
El grupo ambientalista Global Witness aseguro, por su parte, que con las ganancias de 31 mil millones de libras esterlinas (unos 36 mil millones de dólares) obtenidas por la trasnacional en los últimos 12 meses se podría pagar la factura de electricidad y gas de 12,5 millones de británicos este año.
Es hora de dejar de castigar a la gente por un sistema que ellos no crearon, y sacar el dinero que este país necesita de forma urgente de los beneficios enormes que Shell y otras compañías petroleras disfrutan, afirmó Jonathan Gant, activista de la organización que aboga por un planeta más sostenible y justo.
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