Las autoridades de Ecuador al parecer tenían las expectativas sobredimensionadas con el evento, para el cual no se han vendido todas las entradas y solo falta un día para el juego.
El ministro de Deportes, Sebastián Palacios, dijo esta mañana al canal Ecuavisa que 30 mil boletos ya están vendidos, aunque esperaban 50 mil turistas para disfrutar del partido, que tendrá lugar mañana sábado.
Con esa cantidad de visitantes, el Gobierno consideró que habría una inyección económica de cerca de 50 millones de dólares, pero al parecer eso será imposible.
Fuentes extraoficiales afirman que, en realidad, solamente 11 mil entradas están en manos del público para asistir al juego en el estadio Monumental Banco Pichincha, con capacidad para 59 mil espectadores.
Tanto la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) como el equipo Barcelona, dueño del estadio, ofrecen promociones a quienes compraron las entradas en línea, una estrategia que confirma la falta de interés (o presupuesto) por presenciar el juego.
La final única de la Libertadores se enfrenta con un problema clave y es que el precio de las entradas oscila entre 142 y 245 dólares, una suma quizás demasiado alta para ecuatorianos y brasileños, pues estos últimos, además, tendrían que pagar pasaje, alojamiento y alimentación.
La Dirección de Aviación Civil elaboró el plan de flujo de tránsito aéreo para un arribo estimado de 400 aeronaves, pero la mitad de los vuelos planificados cancelaron, según dijo al portal Primicias Hernán Carrera, director de la entidad.
Explicó que situaciones particulares motivaron a los turistas a desistir del viaje a Guayaquil y la cifra de pasajeros se fue ajustando, y primero se hablaba de 30 mil arribos por vía aérea y ahora se maneja un estimado de 10 mil a 12 mil.
Otro punto que no se puede obviar es el escenario de inseguridad que vive Guayaquil, uno de los epicentros de la violencia de la región, donde los homicidios se dispararon en 2022.
Las autoridades dispusieron de 10 mil policías, 500 miembros de la Fuerzas Armadas, 736 cámaras de vigilancia en las calles y alrededores del estadio, para intentar garantizar la tranquilidad de los aficionados.
Independientemente de esos elementos, algunos achacan el posible fracaso en cuanto al público asistente al formato de contar con un partido único, una réplica de lo que hacen algunas ligas europeas, mientras que con finales ida y vuelta evitarían a los hinchas pagar un pasaje y una entrada fuera de su país.
Si las expectativas respecto a los espectadores en Guayaquil fueron sobredimensionadas o no lo sabremos mañana cuando abran las puertas del estadio y el Flamengo y el Athletico Paranaense salgan al campo en busca de alzar la Copa Libertadores 2022.
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