Entre enero y agosto del presente año el Ministerio de Finanzas utilizó solamente 509 millones de dólares de los dos mil 800 millones presupuestados, divulgó el diario El Comercio.
Esa cantidad es un 73 por ciento menor a lo empleado en los primeros ocho meses de 2021, e incluso más bajo en comparación con 2020, año de la pandemia de Covid-19 cuando el gasto de inversión llegó a 566 millones de dólares.
Los comienzos de año suelen ser históricamente de baja inversión, pero en el último cuatrimestre de 2022 se observará una mayor velocidad en la ejecución, dijo al medio ecuatoriano el ministro de Economía, Pablo Arosemena.
En el Plan Anual de Inversiones hay más de 300 proyectos destinados a mejorar algunos de los problemas más acuciantes del país, como la desnutrición infantil, la vivienda, salud, la restauración de vías, entre otros.
En el caso de la infraestructura educativa, de los 66,4 millones de dólares previstos se han ejecutado 12,4 millones, o sea, el 18,6 por ciento; mientras el programa de equipamiento hospitalario tiene un monto de 73,6 millones, pero solo el 1,3 por ciento salió del papel.
El Ministerio de Finanzas tiene hasta este lunes plazo para entregar a la Asamblea Nacional la Proforma del Presupuesto General del Estado para 2023.
El ejecutivo ecuatoriano, liderado por el banquero Guillermo Lasso, insiste en sacrificar y recortar la inversión pública en un intento por disminuir el déficit fiscal, a pesar de cuánto eso influye negativamente en el crecimiento económico y el bienestar general de la población.
Políticos y analistas advierten también de cuánto contribuye de forma indirecta la falta de inversiones a la agudización de problemáticas como la inseguridad mientras el país registra la mayor tasa de homicidios de las últimas tres décadas.
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