Es el clamor de familiares de las víctimas de las masacres de El Mozote en 1981, donde al menos 988 personas, entre ellas 558 niños, fueron asesinadas por efectivos del batallón Atlacatl con el apoyo de la Fuerza Aérea y que transcurridos más de cuarenta años, sus autores viven en la impunidad.
Igual transcurre el proceso contra un grupo de militares que participaron directa o indirectamente en la planificación y el asesinato de cuatro periodistas de Países Bajos, y que ahora grupos castrenses tratan de mantener en el olvido y la impunidad, alegando que fue una acción lícita de los uniformados.
En estos días militares en condición de retiro pidieron al Alto Mando de la Fuerza Armada y al fiscal iniciar investigaciones de un supuesto “fraude procesal” en el caso abierto por una corte del país contra los participantes en el asesinato de los informadores holandeses.
En un comunicado los militares rechazan la captura del general José Guillermo García, exministro de Defensa, y del coronel Francisco Antonio Morán, exdirector de la Policía de Hacienda, partes de la acción contra los cuatro periodistas.
Integrantes del Instituto de Derecho Militar señalaron que el caso del crimen contra los periodistas holandeses cometido en 1982 está construido desde “meras presunciones” y en las nuevas investigaciones de la masacre de seis jesuitas y dos de sus trabajadoras cometido en 1989 “no se ha podido probar nada más que conjeturas”.
Según medios de prensa locales solo con la verdad y la justicia, el país podrá avanzar hacia el futuro, pasando esta página oscura de la guerra que enfrentó a los salvadoreños en la década de los 80.
Sin embargo, el coronel y abogado José Luis Alvarado, presidente del Instituto de Derecho Militar, aseguró que la derogatoria de la Ley de Amnistía General para la Consolidación de la Paz en 2016 fue “un complot creado desde los gobiernos del FMLN en contra de la institución armada con fines mercantilistas y con fines de venganza”.
Algunos análisis, al abordar el tema señalan que aun se trata de darle largas al asunto cuando víctimas y victimarios están muriendo.
Según un informe del diario El Mundo “el propósito no debe de ser reabrir heridas, sino precisamente sanar esas heridas con verdad y justicia como lecciones de nuestra vida nacional para que jamás vuelvan a ocurrir estas atrocidades a manos de agentes del Estado o de grupos irregulares”.
Si se hace justicia en este caso (El Mozote), El Salvador estará cerrando una de las vivencias más horribles de nuestra historia y la nación entera podrá mirar con la frente en alto su futuro, concluyó la publicación.
mv/lb
