La iniciativa actualizada, que por trigésima ocasión es debatida en el seno del organismo multilateral, contó con el apoyo de 185 naciones, dos en contra y dos abstenciones.
De esa forma, el país sudamericano revirtió la posición del Gobierno anterior, que se abstuvo de condenar esa política unilateral estadounidense que afecta directamente al pueblo cubano al limitarle el acceso a compras de alimentos, tecnologías, medicamentos, servicios financieros, entre otros.
La embajadora colombiana ante esa instancia, Leonor Zalabata, durante el debate del proyecto de resolución «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba», expresó ayer el apoyo de su país al mismo.
Recordó que el bloqueo es una de las medidas más veces rechazada en la Asamblea General mediante votaciones.
Las recomendaciones de la Asamblea General –subrayó- no fueron hasta ahora acogidas, por lo que reiteró el firme llamado para que se implemente en su integridad el texto que pide poner fin a esa forma de presión.
La diplomática aseguró que el informe presentado ante el plenario confirma el costo de esta política hacia Cuba, «con daños cuantiosos e injustificables que afectan el bienestar del pueblo».
La representante colombiana reconoció, por otro lado, el papel de la isla desde hace 40 años en la acogida de delegados del Gobierno de Bogotá y de grupos alzados en armas, «con el objetivo de dialogar y alcanzar la paz».
Cuba fue cuna –rememoró- del acuerdo final de paz de 2016 con las antiguas FARC-EP, «considerado hoy un ejemplo para el mundo entero en aras de la construcción y consolidación de la paz».
También rechazó la calificación de Cuba como país patrocinador del terrorismo, con la cual se ha pretendido desconocer su compromiso con la paz de Colombia y el mundo.
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