Al exponer ante la Asamblea General de Naciones Unidas el impacto del bloqueo que impone la potencia norteña desde hace seis décadas a la isla, Rodríguez recordó que durante la emergencia sanitaria, Estados Unidos mantuvo e intensificó esas restricciones.
El recrudecimiento de esa política generó dificultades y demoras en arribo de equipamiento imprescindibles para el desarrollo de vacunas, e impidió adquisición de oxígeno medicinal en momentos de grave déficit de ese producto, indispensable para el tratamiento de la enfermedad, recordó.
No obstante –dijo- gracias al desarrollo científico alcanzado, y al esfuerzo de sus investigadores, Cuba logró fabricar vacunas y ventiladores pulmonares.
Afirmó que ante la emergencia sanitaria, la isla envió 58 brigadas médicas a 42 países y territorios, las que se sumaron a los más de 28 mil especialistas que ya se encontraban en 59 naciones, en misiones de colaboración de salud.
El máximo representante de la diplomacia cubana denunció, asimismo, que el bloqueo estadounidense afecta la producción nacional de medicamentos, que antes nunca faltaron en tal escala en hospitales y farmacias de la isla.
Señaló, igualmente, que esa política hostil de Washington prohíbe la adquisición de equipos que permitirían elevar el nivel de vida de personas con discapacidad, como los ciegos y débiles visuales, dificulta la compra de válvulas cardiacas biológicas de fabricación estadounidense, y catéteres de bajo calibre comercializados por empresas de ese país, entre otros.
Afirmó que el cerco estadounidense se refleja también en las dificultades para obtener insumos y equipos en otros mercados, como el europeo, y dificulta las transacciones financieras y comerciales cubanas con el mundo.
Rodríguez calificó de obsesiva la persecución de operaciones financieras internacionales de Cuba, y ejemplificó que de enero de 2021 a febrero de 2022, fueron impedidas unas 600 transacciones de este tipo con instituciones bancarias extranjeras, y varios bancos de terceros países se negaron a trasferir pagos de la empresa cubana Alimport, por la importación de alimentos.
Tal persecución obliga al Gobierno cubano a realizar esfuerzos extraordinarios para garantizar la distribución de la canasta familiar alimenticia normada, y asegurar el abastecimiento de productos esenciales, apuntó.
Por trigésima ocasión, desde 1992, el mundo se pronuncia sobre este tema, que recibe el respaldo casi unánime de la comunidad internacional.
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