En su homilía, pronunciada en español, el pontífice instó a vivir concreta y valientemente la fraternidad universal en la tierra y resaltó que esta nación es una imagen viva de coexistencia en diversidad e incluso del mundo actual, cada vez más marcado por la constante migración de pueblos y por el pluralismo de ideas, costumbres y tradiciones.
Un coro de 100 personas de diferentes países cantó en varios idiomas mientras el papa se ponía de pie y besaba a niños alzados por sus padres para saludarlo,durante el avance de su vehículo hacia un escenario decorado de blanco con una gigantesca cruz dorada.
El sumo pontífice llegó el pasado jueves a este reino insular para una visita de cuatro días, que concluye el domingo, con el objetivo de promover la intención de promover su mensaje de diálogo con el mundo musulmán.
Esta es la 39 visita del papa a un país extranjero y la segunda visita a una nación del golfo Pérsico tras la efectuada en 2019 a Emiratos Árabes Unidos y coincide con la celebración del Foro de Bahréin para el Diálogo, una conferencia donde se reunirán cerca de 200 líderes religiosos de diversas partes del mundo y cuyo lema central es Oriente y Occidente para la coexistencia humana.
El papa se reunió aquí con altos funcionarios gubernamentales y figuras religiosas, pero el paroxismo para los fieles fue la misa de hoy.
El reino, oficializó sus relaciones diplomáticas con la Santa Sede en 2000 y tiene cerca de 80 mil católicos principalmente trabajadores asiáticos, según cifras del Vaticano.
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