La descarbonización es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
El informe presentado en la cita alerta que las promesas sobre las emisiones netas cero cuando carecen de solidez amenazan con desvirtuar los esfuerzos globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tal acción es vital para alcanzar el objetivo de limitar la temperatura del planeta a final de siglo a 1,5 grados centígrados con respecto a la era preindustrial.
Dicho documento recomienda una serie de prácticas para aportar integridad, transparencia y responsabilidad a los compromisos adquiridos sobre la neutralidad de carbono mediante la disposición de ormas y criterios claros.
El equipo redactor de la Organización de Naciones Unidas (ONU) pide a las entidades no estatales a que se comprometan a la reducción inmediata de las emisiones absolutas en toda su cadena de valor, a corto, medianao y largo plazos, pero siempre basados en la ciencia.
Estas deben publicar el progreso realizado anualmente para evitar falsear o manipular la contabilidad climática y otras acciones diseñadas para eludir la reducción de emisiones reales, y los reportes deben ser verificados por expertos independientes.
Ninguna entidad no estatal puede declararse cero neto en emisiones de gases de efecto invernadero, mientras siga acometiendo planes o invirtiendo en combustibles fósiles, al tiempo que la deforestación y otros actos contrarios al cuidado del medio ambiente son inadmisibles.
No se trata de reducir una parte, sino todas las misiones generadas a lo largo de su cadena de valor, aclara el documento presentado en la COP27.
Entre la recomendaciones está considerar la obligatoriedad en este apartado, es decir, pasar de iniciativas voluntarias al establecimiento de un marco obligatorio que regule a las entidades no estatales, grandes empresas e instituciones financieras.
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