El equipo de científicos desarrolló una herramienta avanzada, denominada FishClim, con la que, a partir de datos de factores ambientales controlados por las condiciones climáticas (temperatura, batimetría, cantidad de alimento disponible, etc.) y otros como la influencia de la intensidad de la pesca, se obtienen datos precisos y permite adelantar diferentes escenarios futuros.
El estudio consiguió reproducir fielmente la evolución de la población de bacalao en el Canal de la Mancha y el Mar del Norte desde 1963 hasta la actualidad, asegurando que si el régimen climático continúa o se vuelve aún más desfavorable, muchas poblaciones de bacalao del centro y sur del Mar del Norte desaparecerán, independientemente de las cuotas de pesca impuestas.
Al tiempo, FishClim mostró que adaptando la gestión de la pesca al clima, sería posible prolongar la explotación de las poblaciones durante un período de más de 20 años y aumentar así las capturas acumuladas en casi un 30 por ciento.
Los resultados mostraron que los efectos del clima y la pesca están estrechamente relacionados, interactuando y dando lugar a sinergias o antagonismos, aunque en la actualidad la influencia del cambio climático aumentó considerablemente, y es probable que esta siga incrementándose en los próximos años.
Los investigadores consideraron necesario que la gestión de las poblaciones de peces se analice a la luz de los efectos del cambio climático en las especies, al tiempo que anunciaron continuar con su labor adaptando FishClim a otras especies de peces y ampliando su trabajo sobre el bacalao a todo el Océano Atlántico.
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