Un informe del Banco Mundial revela que a El Salvador le cuesta 6,5 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) la ineficiencia del gasto público, el segundo más alto de América Latina, indicó un informe del diario El Mundo.
La masa salarial ineficiente tiene el costo más importante, en más de tres puntos del PIB salvadoreño y el “despilfarro de contrataciones” dos puntos, agregó el rotativo.
La entidad bancaria en sus proyecciones económicas para la región, presentadas en octubre, divulgó un análisis sobre cómo la ineficiencia del gasto público corriente en América Latina y el Caribe es significativo en relación al PIB (producción de bienes y servicios), cuando estos recursos deberían tener la prioridad de mayores rendimientos económicos y sociales.
El Salvador es el segundo país con el porcentaje más alto de América Latina, solo superado por Argentina que tiene un volumen de 7.2 por ciento, precisa la información citada por el diario.
A la economía salvadoreña, le sigue Bolivia con un 6.3 por ciento y Nicaragua con un cinco por ciento, mientras que en el último puesto, de un ranking de 16 países, está Chile con solo 1.8. El promedio de la región es de 4.4 por del PIB, precisó el informe.
El gasto público representa el 24 por ciento del PIB salvadoreño y es el segundo porcentaje más alto de América Latina, superado en este caso por Costa Rica que tiene un 24.7 por ciento.
Indicó El Mundo que solo en el primer semestre del 2022, el Ministerio de Hacienda reportó que el gasto y concesión neta de préstamos superó los cuatro mil 157 millones y la mitad de estos recursos se destinó a consumo, por dos mil 301.5 millones.
Los datos del BM muestran que a nivel regional alrededor del 17 por ciento del gasto total se despilfarra o no se asigna correctamente a los grupos más vulnerables.
La institución considera que las transferencias, principalmente las vinculadas a los combustibles, representan una porción “enorme” del gasto público, son regresivas y van contra la lucha del cambio climático. Además, asegura que no contribuyen de manera visible a desarrollar el capital humano en las familias más pobres, precisó El Mundo.
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