La madre de Bernal, Elizabeth Otavalo, estuvo presente en el plantón de este miércoles en las afueras de la sede de la entidad judicial en Quito y desde allí denunció falta de celeridad en las pesquisas, así como la manipulación de evidencias.
Ninguna institución del Estado hace absolutamente nada y han tenido 60 días para manipular todas las evidencias del caso de mi hija, expresó Otavalo, quien consideró que el objetivo es desvincular del caso a Germán Cáceres, policía esposo de la víctima y principal sospechoso del asesinato.
“¡No más impunidad!”, expresan las presentes en el plantón, muchas con ropas y accesorios color morado, símbolo de la lucha contra la violencia de género.
El homicidio de la abogada, cometido presuntamente dentro de la Escuela Superior de Policía el pasado 11 de septiembre, fue considerado un crimen con complicidad del Estado, concluyó la comisión parlamentaria especial instaurada para averiguar sobre lo sucedido.
La víspera se conocieron las primeras resoluciones sobre los procesos disciplinarios contra uniformados investigados, cinco de ellos fueron apartados de las filas, entre ellos el propio teniente Cáceres, quien se encuentra prófugo de la justicia.
El asesinato de Bernal, de 34 años, sacó a la luz no solo los problemas en la formación de los uniformados, sino la realidad de la violencia de género en Ecuador, donde este año han muerto por esa causa 207 mujeres.
Con consignas y decenas de carteles en las afueras de la Fiscalía, las activistas denunciaron la actual situación de las féminas y exigieron políticas públicas para que no haya “ni una menos”.
De acuerdo con un estudio de la Asociación Latinoamérica para el Desarrollo Alternativo, cada 28 horas una mujer en Ecuador es víctima de violencia.
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