Según la revista Cancer Research, este tipo de actividad física con gran intensidad aumenta el consumo de glucosa (azúcar) de los órganos internos, reduciendo así la disponibilidad de energía para el tumor.
El estudio combinó modelos de laboratorio entrenados bajo un estricto régimen de ejercicio, con datos de personas sanas examinadas antes y después de correr.
Los expertos de la Universidad de Tel Aviv, Israel, descubrieron que la actividad aeróbica reducía significativamente el desarrollo de tumores metastásicos en los ganglios linfáticos, los pulmones y el hígado.
“Examinando las células de estos órganos, descubrimos un aumento del número de receptores de glucosa durante la actividad aeróbica de alta intensidad, lo que aumenta el consumo de glucosa y convierte a los órganos en eficaces máquinas de consumo de energía, muy parecidas a los músculos”, puntualizaron los especialistas.
“Suponemos que esto ocurre porque los órganos deben competir por la azúcar con los músculos, conocidos por quemar grandes cantidades de glucosa durante el ejercicio físico. En consecuencia, si el cáncer se desarrolla, la competencia por este recurso reduce la disponibilidad de energía que es fundamental para la metástasis», argumentaron los científicos.
Los investigadores aseguraron que la actividad física moderada es para quemar grasa y la aeróbica intensa ayuda a la prevención del cáncer.
Tras el estudio, los expertos recomendaron realizar un sprint de un minuto seguido de una caminata y luego un segundo, esta metodología -según ellos- dejó de ser solo para los atletas, y es utilizada para la rehabilitación pulmonar y cardíaca, pero lo mejor sería que las personas sanas la siguieran también.
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