La investigación examinó las condiciones de vida de la población de la nación centroasiática entre junio y agosto de este año, divulgó la agencia de noticias The Khaama Press.
Un comunicado de la institución prestamista señaló que el panorama es horrible para Afganistán debido a las continuos problemas y los altos niveles de inseguridad alimentaria, que tienen un efecto perjudicial en la economía y el bienestar de los afganos, en particular mujeres y niñas.
Melinda Good, directora del Banco Mundial para Afganistán, apuntó que es muy preocupante ver a la mayoría de los hogares afganos enfrentándose a enormes trabas económicas, mientras el acceso a la educación -especialmente para las niñas- sigue muy limitado.
Entre las conclusiones del reporte están que el aumento del precio de los alimentos y las persistentes secuelas de la sequía en el país, que limitan la asequibilidad y el acceso a los alimentos, lo cual dificulta que dos tercios de la población afgana puedan llevar comida a la mesa.
La pobreza se agrava en Afganistán, con casi 20 millones de personas sin acceso a suficientes alimentos, en tanto más de 24 millones necesitan ayuda humanitaria, informó el Comité Internacional de la Cruz Roja.
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