La orden del tribunal, emitida la víspera, puso fin a una batalla legal de varios años, allanando el camino para que el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja reciba esos documentos, pese a las maniobras del exmandatario por impedirlo.
«¿Por qué se sorprendería alguien de que el Tribunal Supremo haya fallado en mi contra, siempre lo hacen!», escribió Trump en su plataforma en internet, Truth Social.
Aseguró que esto crea “un terrible precedente para los futuros Presidentes” y cuestionó si el actual ocupante del Despacho Oval, Joe Biden, pagó impuestos por todo el dinero que, según él, ganó ilegalmente de la prácticas comerciales de su hijo Hunter y “más allá».
Trump rompió la tradición de compartir de forma pública sus tributos al fisco durante su campaña presidencial de 2016, citando una auditoría, aunque las regulaciones del Servicio Interno de Impuestos (IRS por sus siglas en inglés) no lo prohíben.
Los demócratas de la Cámara de Representantes solicitaron los registros bajo el argumento de que necesitan investigar cómo el IRS lleva a cabo sus controles presidenciales de rutina, pero los abogados del exgobernante sostienen que se trata de una cuestión “puramente partidista”.
Para el magnate, la máxima corte de justicia de la nación perdió “su honor, prestigio y posición” y se convirtió “en nada más que un cuerpo político, con nuestro país pagando el precio».
El expresidente cargó también contra el tribunal, que, por cierto, cuenta con tres jueces nominados por él, porque se negó «a mirar siquiera el engaño de las elecciones de 2020. ¡Qué vergüenza!»
Luego de las elecciones de hace dos años, esa corte rechazó los esfuerzos para anular la victoria electoral de Biden.
En diciembre de 2020, los magistrados rechazaron un intento liderado por Texas, que contaba con el apoyo de 126 republicanos de la Cámara de Representantes y 18 fiscales generales estatales conservadores, que pretendía revertir el triunfo del demócrata en Wisconsin, Michigan, Georgia y Pennsylvania.
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