Quizás se opinará en la cena de la tradicional celebración acerca de la purga y el cambio de imagen de Twitter a gran velocidad; del fiscal especial para el expresidente Donald Trump o la decepcionante actuación del Partido Republicano en las elecciones intermedias del 8 de noviembre, dijo.
Pero un asunto verdaderamente urgente para este país, algo de lo que la mayoría de los estadounidenses no hablan es la difícil situación de los sin techo y los casi sin techo, escribió el columnista Hugh Hewitt, presentador en la Red de Radio Salem.
El también profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Chapman, en California, mencionó la infame situación, a escala de catástrofe humana, que viven los residentes en Skid Row, un barrio de Los Ángeles que hace décadas se convirtió en la zona cero de los sin techo.
En un área de una docena de calles miles de personas viven en tiendas de campaña a poca distancia de los rascacielos de lujo.
El autor sostuvo que todos saben cómo es “esta pobreza terminal” que catalogó de “terrible” y pidió ocuparse de aquellos que se encuentran al borde del acantilado “al que ya se han precipitado los sin techo”, en referencia a esos “millones de hogares sin reservas y sin capacidad de recuperación”.
Los campamentos de indigentes en toda California (y en otras grandes ciudades) son un escándalo nacional, advirtió Hewitt.
Señaló además que no es solo un problema de los demócratas, “esa crisis pertenece a todos los estadounidenses que levantan los ojos de su mesa”.
Decenas de millones de ciudadanos se tambalean aquí al borde de ese abismo, comentó al invitar al Congreso a “reformar la madeja de pesadilla de los programas federales contra la pobreza para poner una barrera de seguridad en ese acantilado”.
La parálisis actual debe terminar –sentenció- antes de que la esperada recesión se extienda por el país, y la zona de explosión de la epidemia de los sin techo se agrande.
En esta cuestión, ¿podrán los demócratas y los republicanos aunar por fin sus esfuerzos? Es una oración de Acción de Gracias para añadir a su gracia, concluyó el artículo.
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