Ayer, cuando el tono de los ataques personales se elevó con bajeza por parte de la ultraderecha de Vox y la tolerancia permisiva del conservador Partido Popular (PP), desde el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, hasta todas las fuerzas progresistas españolas blindaron a Montero.
«La violencia política y machista contra las mujeres es intolerable, y debemos repudiarla con fuerza cada vez que sucede. Toda nuestra solidaridad con la ministra Irene Montero, víctima hoy de crueles ataques», escribió en Twitter el mandatario argentino, Alberto Fernández.
Por su parte, el presidente chileno, Gabriel Boric, expresó en la misma red social todo su respaldo a Irene Montero.
“Compañera incansable en la lucha por mayor justicia e igualdad que hoy enfrenta una nueva asonada de violencia política de la extrema derecha. No estás sola Irene. ¡Un abrazo transoceánico!”, remarcó.
Aunque con matices por parte del PP, la mayoría de los voceros parlamentarios hicieron este jueves un llamamiento casi unánime a evitar insultos y descalificaciones en el Congreso tras el ataque ayer de Vox a Irene Montero, que consideraron indecente y lamentable.
La diputada de Vox Carla Toscano expresó que el “único mérito” de la ministra había sido “estudiar en profundidad a Pablo Iglesias”, en referencia a su relación de pareja.
Montero agradeció hoy el apoyo tan contundente de la mayoría feminista y democrática en España, aunque manifestó su preocupación por el nivel de violencia política que se está alcanzando.
En declaraciones a la cadena radial Ser, opinó que Carla Toscano sobrepasó un límite que ‘muchos otros estaban rozando desde hace más de una semana’.
“No es que alguien se levante y diga ese día una barbaridad (…) lo único que pretenden es frenar la lucha feminista”, aseveró.
Si bien Irene Montero es foco de constantes críticas por su compromiso feminista y en defensa de la comunidad LGTBI, la campaña de mensajes e insultos se desató por la crisis de la denominada ley del ‘solo sí es sí’ y su interpretación de los jueces a la a hora de aplicar condenas.
Montero insistió en que cuando le preguntaron la primera vez acerca de la ley, se limitó a decir que había “un problema de aplicación y que algunos jueces estaban aplicando mal la ley”.
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