Es bueno que Estados Unidos se comprometa con la transformación energética, pero hay que utilizar los instrumentos que tenemos a nuestro alcance para evitar una distorsión a través de subvenciones, acotó Borne.
Y acentuó, además, que es preciso estudiar cómo las naciones europeas pueden impulsar también paquetes financieros dedicados a desarrollar las tecnologías limpias en sus industrias.
Mientras, el canciller Scholz coincidió con Borne en cuanto a que es positivo que Estados Unidos demuestre su preocupación por la transformación energética, y agregó que se debe pedir a la UE que negocie con Washington para evitar que cause una desventaja a empresas europeas.
La Ley para la Reducción de la Inflación (IRA, en inglés) estadounidense, iniciativa que levantó muchas preocupaciones en los estados miembros de la Unión Europea, debe entrar en vigor al inicio de enero de 2023 y contempla ayudas de unos 369 millones de euros a empresas que inviertan en esa nación.
Analistas del sector advirtieron que el programa es también considerado muy atractivo para las empresas europeas, pues si trasladan su producción hacia ese país se verían favorecidas por los precios de la energía en Estados Unidos, menores que en Europa.
En ese sentido, especialistas resaltaron que Francia valora lanzar una iniciativa para contrarrestar los efectos de la IRA, y que Alemania parece más reacia a una medida similar, pues quiere evitar una nueva guerra comercial con el mercado estadounidense.
Tenemos que ayudar a nuestras empresas dentro de las normas europeas, advirtió Scholz.
En tanto, autoridades de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, llamaron esta jornada a evitar una carrera de subsidios con Estados Unidos.
lam/yag