Todos aparentemente están concentrados en disfrutar la actuación de La Tri en la lid deportiva, donde el equipo nacional ganó a los anfitriones y empató con Países Bajos, algo que ni muchos ecuatorianos todavía se creen.
Si bien en la última semana no hubo reportes de motines carcelarios ni atentados promovidos por bandas del crimen organizado, persisten preocupaciones por la inseguridad en las calles.
El pasado miércoles el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, decidió disminuir el horario del toque de queda en las tres provincias donde se registraron los hechos de violencia a inicios de noviembre «considerando la reducción de actos delictivos».
El mandatario determinó que en Guayas, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas el toque de queda no comience a las 23:00 horas, sino a la 01:00 y se extienda hasta las 05:00, aunque el estado de excepción seguirá vigente hasta el 16 de diciembre en esos territorios.
Asimismo, el Gobierno anunció el pasado martes un nuevo sistema para monitorear las 36 cárceles del país, luego de 11 masacres en los últimos dos años que costaron la vida a más de 400 reos.
El sistema, que costó 1,2 millones de dólares, cuenta con inteligencia artificial y cámaras de reconocimiento facial para alertar y prevenir de inmediato posibles disturbios en las prisiones, divulgó la Secretaría de Comunicación de la presidencia.
Expertos en materia de seguridad consideran que esas medidas por sí solas son insuficientes si no se actúa sobre las verdaderas causas de la escalada de hechos delictivos con políticas públicas integrales.
Paralelamente, la violencia de género se incrementa en el país, que registró de enero a noviembre 272 casos de femicidio, la cifra más alta en la historia de Ecuador, según un estudio de la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (Aldea).
Ante ese panorama, cientos de mujeres salieron a las calles de Quito este viernes, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en defensa de sus derechos y para exigir al Estado acciones efectivas contra la violencia de género.
Hasta dónde vamos a llegar, Gobierno, con políticas públicas nefastas y escasas, pedimos respeto a nuestros derechos, reclamó Elizabeth Otavalo, madre de la joven abogada asesinada en septiembre María Belén Bernal, en declaraciones a Prensa Latina.
En opinión de madres cuyas hijas fueron asesinadas, el Gobierno solo apoya la lucha de las mujeres con promesas en el discurso, porque en la práctica no existen políticas públicas a su favor.
Justamente uno de los problemas que enfrenta el Ejecutivo es el incumplimiento de su palabra, como por ejemplo la condonación de deudas entre tres mil y 10 mil dólares prometida a los movimientos indígenas en los diálogos establecidos tras el paro del mes de junio.
Después de haber adoptado el acuerdo con las organizaciones sociales, el ministro de Finanzas, Pablo Arosemena, dijo que el banco no puede dejar de cobrar las deudas, porque afectaría su capacidad para desembolsar más créditos.
La credibilidad del Presidente está por los suelos y la aprobación de su gestión alcanza apenas el 12 por ciento, de acuerdo con la más reciente pesquisa de la encuestadora Perfiles de Opinión.
La euforia del Mundial une a los ecuatorianos y enmascara todas esas problemáticas que están latentes en la cotidianidad y seguramente después de la euforia futbolística volverán a ser el centro de la vida del país.
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