«Las huelgas son un síntoma de lo mal que han dirigido el país», afirmó el diputado laborista Jonathan Reynolds, en declaraciones a la cadena Sky News.
Al respecto, el legislador, quien se desempeña como ministro de Negocios en el llamado gabinete a la sombra (opositor), ironizó que los ministros tienen algo de razón cuando dicen que no pueden ofrecer los aumentos de sueldo exigidos por los sindicatos para hacer frente a la crisis del costo de la vida.
La economía no ha estado muy bien durante los 12 años de gobierno conservador, apuntó Reynolds, quien recordó la política de austeridad y los recortes del gasto público implementados por los «tories» desde su llegada al poder en 2010.
Ferroviarios, empleados del metro de Londres y del servicio de correos, obreros portuarios, maestros y profesores, además de los enfermeros, protagonizan desde el verano pasado una serie de paros intermitentes en demanda de sueldos dignos que le permitan enfrentar precios cada vez altos de alimentos, combustibles y electricidad.
Varios funcionarios del gabinete liderado por el primer ministro Rishi Sunak dejaron claro en los últimos días que cualquier incremento salarial acorde a la inflación -que en octubre alcanzó el 11,1 por ciento- resulta incosteable en estos momentos.
Para lidiar con la crisis, que el Gobierno achaca a los coletazos de la pandemia de Covid-19 y al impacto de la guerra en Ucrania, Sunak presentó al Parlamento un plan económico que incluye un alza generalizada de los impuestos y mayores recortes del gasto público.
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