Según un comunicado, los religiosos calificaron de “violento y humillante” el trato que reciben los extranjeros indocumentados en los operativos de migración, aunque reconocen el derecho del ejecutivo de repatriar a cualquier persona no regulada ubicada en este territorio.
Los representantes del clero aseguraron que debe existir un protocolo respetuoso de la dignidad de los migrantes pues el país tiene derecho a organizar sus fronteras y a hacer cumplir la ley de migración pero no a violar los derechos fundamentales de las personas.
Asimismo, cuestionaron el hecho de que cualquier uniformado pueda detener una persona migrante, práctica la cual fomenta el negocio y promueve el miedo.
Denunciaron que existen deportaciones de niños con arraigo social en la República Dominicana, y expresaron tristeza por la gran cantidad de menores de edad no acompañados conducidos a la frontera.
Además, manifestaron como los centros de detención no cumplen con ninguna condición que garantice la dignidad humana pues carecen de baños, muebles para sentarse o dormir y acceso a agua o comida.
Por último, el documento apuntó como esta situación deja en evidencia que el gobierno tiene un grave problema con el tema migratorio y “la única solución son las repatriaciones, cuando eso se soluciona con la regularización” y pidieron detener las deportaciones masivas y crear centros municipales para la regularización de migrantes.
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