La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, anticipó que este encuentro “pondrá de relieve la profunda y duradera relación entre Estados Unidos y Francia”, país al que consideró el “aliado más antiguo”.
Esta es la segunda visita del gobernante galo a Washington desde que llegó a la presidencia francesa en mayo de 2017 y ganara un segundo mandato a principios de este año, la primera fue en 2018 durante la administración de Donald Trump.
De entonces a la fecha los nexos entre las partes han tenido puntos de fricción, exacerbados tras la promulgación en agosto de la Ley de Reducción de la Inflación por el mandatario estadounidense.
Esas es la más reciente espina atravesada en la garganta de una Europa tensa por la crisis energética e impactada por el escenario de guerra en Ucrania.
La Ley no solo incluye un paquete de subsidios por alrededor de 370 mil millones de dólares para invertir en la construcción de turbinas eólicas, paneles solares y microprocesadores, sino también destinará hasta siete mil 500 millones de dólares en subsidios para los compradores de vehículos eléctricos.
El que la Casa Blanca privilegie ese tipo de autos fabricados en territorio estadounidense es visto como un golpe económico a la Unión Europea (UE), donde Francia y Alemania son los abanderados en la producción de vehículos eléctricos.
Para el actual ocupante del Elíseo Estados Unidos adopta un enfoque proteccionista «agresivo» y los precios de la gasolina del país norteamericano para nada son «amistosos».
Como parte de la agenda, la víspera, Macron y la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, acordaron reforzar la cooperación espacial entre ambos países durante una reunión en la sede de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), en esta capital.
Según destacan medios de prensa, la visita de Macron, primera que organiza Biden desde que asumió las riendas de la mansión ejecutiva en enero de 2021, es también una señal de que buscan dar un giro a la relación.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo: «Viendo lo que está pasando (…) el presidente Macron ha sido un líder dinámico dentro del G-7, particularmente en Europa”.
Y por eso -enfatizó -, el presidente creyó que este era exactamente el país correcto y más apropiado para comenzar con las visitas de Estado.
La relación ya había tocado fondo el año pasado después que Estados Unidos anunció un acuerdo para vender submarinos nucleares a Australia, lo cual torpedeó un convenio sobre submarinos con motor diésel entre París y Canberra.
mem/dfm