Expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) precisaron que la Gran Barrera de Arrecifes, como también se le llama, se encuentra en grave peligro por el blanqueamiento de sus corales y por el impacto climático que sufre desde hace varios años.
El arrecife de coral más grande que existe en la Tierra, situado en Oceanía, en el noreste de Australia, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1981, pero desde 2010 el Comité de Patrimonio de la Humanidad no deja de manifestar su preocupación por el estado en el que se encuentra este ecosistema.
Se trata de un lugar mágico, de dos 2.300 kilómetros de largo, que alberga tres mil arrecifes de coral individuales y un número incalculable de especies, lo que lo convierte en un impresionante ecosistema de solo 10 mil años de vida.
Tanto la Unesco como la UICN en 2013 estuvieron a punto de incluirla en su lista de Patrimonio de la Humanidad en Peligro, pero decidieron no hacerlo ante la adopción del Reef 2050 Plan en el año 2015, mediante el cual Australia decretó unas pautas de trabajo para la conservación de la Gran Barrera de Coral.
El biólogo marino Terry Hughes, reconocido por sus investigaciones sobre el blanqueamiento mundial de los corales, comentó que ha pasado más de un lustro desde la adopción de ese programa y no se han logrado éxitos en los objetivos marcados que demuestren la mejora de este ecosistema.
Otros especialistas aseguran que dicho plan no tiene implementados los propósitos y las estrategias necesarias para luchar contra el cambio climático, especialmente los que hacen referencia a la pesca y a la calidad de sus aguas.
Diferentes estudios señalan el deterioro de este arrecife, por el aumento de la temperatura del mar y la disminución de la calidad de sus aguas causadas por la contaminación, elementos que aceleran la muerte de este impresionante ecosistema.
Por la ocurrencia de cuatro fenómenos importantes de blanqueamiento en la Gran Barrera en un periodo de menos de 20 años (en 1998, 2002, 2016 y 2017), ya se observa una disminución rápida de los corales y un cambio en la mezcla de especies, afirmó Hughes.
La solución para salvar los corales pasa por la reducción urgente de las emisiones de gases de efecto invernadero para que sean más resistentes ante la amenaza del calentamiento global, significaron los especialistas de la Unesco y la UICN.
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