Vamos a esforzarnos por conseguirlo, sé una cosa con certeza: las cuestiones que se han trabajado hasta la fecha y el conjunto de ideas que están sobre la mesa permiten, con un enfoque sensato y con una voluntad política, avanzar en este asunto, puntualizó Riabkov.
Aunque esto no dependerá de Rusia, no tenemos problemas con la creación de la zona de seguridad alrededor de la central nuclear de Zaporozhie, enfatizó el vicecanciller.
Según este diplomático, Rusia no quiere que la situación en torno a la central nuclear de Zaporozhie «sea rehén de las ambiciones» de las fuerzas antirrusas en Kiev, Washington y otros países occidentales.
El vicecanciller destacó que su país espera que se cumpla la idea del director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, sobre la creación de la zona de seguridad y continuará realizando esfuerzos para encarnarla.
Además, recordó que era precisamente Rusia la que presentó la iniciativa de garantizar la presencia permanente del personal del OIEA en la central nuclear de Zaporozhie.
Está claro para todos que Rusia no puede bombardearse a sí misma y no lo hará, esto es absurdo, como también lo es que haya gente en Occidente que comparte este tipo de lógica tergiversada, resumió.
La central de Zaporozhie es la mayor planta nuclear de Europa.
Rusia tomó control de ella a finales de febrero durante la operación militar especial que había lanzado en Ucrania.
En septiembre, una misión del OIEA visitó el territorio de esta instalación y pidió que se creara una zona de seguridad alrededor de su emplazamiento para evitar posibles accidentes que se podrían causar por los combates entre Rusia y Ucrania.
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