Wifredo Óscar de la Concepción Lam y Castilla (1902-1982), reconocido en el ámbito de las artes plásticas de Cuba con su primer nombre y el apellido del padre de origen cantón, está considerado el más universal de los artistas del gremio nacidos en esta isla, con influencia, además, del movimiento cubista del español Pablo Picasso (1881-1973).
En entrevista exclusiva con Prensa Latina, Juan Avilio Castillo Vázquez, sobrino nieto del pintor, reveló su inquietud por agrupar gran parte de la obra del virtuoso, por lo que ha dedicado su vida a investigar al artífice del vanguardismo en Cuba.
Se ha logrado contacto con muchos cultores de las nuevas generaciones de pintores cubanos y no creo recordar alguno que no expresara con gran devoción la influencia recibida de Wifredo, expuso este fiel y cercano admirador de Lam.
No se trata solo de la producción arraigada de la naturaleza, tanto del denominado Tercer Mundo y en particular de Cuba, sino, ya de manera específica lo concerniente a su vida, desde la niñez, hasta su maduración como artista, reflexionó.
Castillo Vázquez hizo referencia a la producción de muchos artistas, los cuales a lo largo de sus carreras trataron y, aún lo hacen, de seguir el camino del maestro en su desarrollo creativo.
Algunos, incluso, tienen en su iconografía huellas y rasgos suyos, pero todos me expresan que se han visto influenciados, explicó.
Al arribar a este aniversario debemos reconocer, expresó categórico, que sigue siendo el más universal y reconocido artista cubano de la plástica a nivel mundial, lo cual habla de la solidez e impacto internacional de su vasta labor como pintor.
De acuerdo con este amante de la obra de Lam, ya sea por la sangre que corre por sus venas como por el respeto hacia el artista, en su prolífica actividad creativa convergen el cubismo picassiano, el surrealismo y otras tendencias de la época.
En sus declaraciones, el entrevistado precisó, además, que su iconografía está muy marcada en las visiones de la niñez, el enfoque tropical, el del Caribe.
Cuando en una ocasión visité la isla Martinica, en las Antillas Menores, aprecié un sitio exuberante, el que inspiró a Lam para concebir La Jungla, considerado su lienzo cumbre, narró Castillo Vázquez.
Allí disfruté de la floresta, siempre activa en su mente, junto con símbolos de la religión africana, las máscaras primitivas y elementos costumbristas, todos figurativos de la época.
Según este investigador, en conjunto el espíritu y la aptitud de Lam son los causantes de esa brillantez de combinación entre color y espacio, resumidos en una fuerza expresiva que mantuvo a través del tiempo.
Es como una mezcla, un ajiaco, al cual hizo referencia el etnólogo y antropólogo Fernando Ortiz, y en esa creación el autor demuestra la idiosincrasia del Caribe, de Cuba y del Tercer Mundo, concluyó.
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