Los primeros 10 días del último mes del año acentuaron las problemáticas sociales y la huelga de empleados de las principales empresas de telefonía móvil, Alfa y Touch, ejemplifican los reclamos de los sindicatos ante el incumplimiento del contrato colectivo de trabajo.
El llamado a sesión del gobierno interino ante la situación de emergencia avivó las contradicciones entre las fuerzas políticas y un grupo de ministros intentaron boicotear la reunión, estimulados principalmente por la Corriente Patriótica Libre, el Partido Tashnak y el exdiputado Talal Arslan.
La primera convocatoria del gabinete ministerial sitúo en el debate sus poderes limitados, tras el fin de mandato del expresidente de la República Michel Aoun y ante su imposibilidad de formación, luego de la reelección de Najib Miqati como primer ministro en junio.
El ambiente y la confusión en torno al encuentro del Consejo de Ministros constituyó otro obstáculo de cara a la sesión parlamentaria del jueves que por novena ocasión fracasó en la elección del nuevo jefe de Estado de la nación.
Otra vez y como una repetición de las anteriores, ningún representante de la comunidad cristiana maronita recibió el respaldo de la mayoría de 65 votos y el período de vacío de poder avanza en la dirección de prolongarse hasta el 2023.
En este contexto, el titular del Parlamento, Nabih Berri, insistió en la necesidad del diálogo y llamó a la décima sesión el jueves entrante, que pudiera ser la última del presente año.
Dentro y fuera de la nación, tres nombres son recurrentes en los círculos de debate como los candidatos favoritos: Michel Moawad, Suleiman Franjieh, líder del Movimiento Marada y el General del Ejército, Joshep Aoun.
En medio de este panorama, un aspecto positivo en la vida de los libaneses resultó el anuncio del ministro de Salud Pública de un control sobre la epidemia del cólera, gracias a la vacunación de cerca de 500 mil ciudadanos, entre libaneses, palestinos, sirios y migrantes.
Líbano despide la sexta semana de vacancia presidencial y bajo un gobierno interino sortea un colapso económico, financiero y social que arrastra a cuatro de cada cinco ciudadanos a la pobreza.
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