El exvicegobernante argumentó la necesidad de postergar la audiencia debido a un cambio de abogado y por motivos de salud que le impedían presentarse en la tarde de este lunes en la sede del Complejo Judicial Norte, en Quito.
Su nuevo defensor será Cristhian Palacios, quien consiguió la medida cautelar que permitió su salida de la cárcel el pasado 28 de noviembre.
La jueza Melissa Muñoz, de Garantías Penitenciarias de Pichincha, aceptó la solicitud, aunque no anunció nueva fecha para tratar el caso.
A pesar de postergar la cita, en las afueras de la institución simpatizantes de Glas reiteraron que es víctima de persecución política, pues nunca consiguieron probarle hechos indebidos y aún así lo encarcelaron.
Rosa Pacheco, coordinadora del Comité Nacional 2 de Octubre, dijo a Prensa Latina que constantemente existen argumentos para postergar la libertad definitiva de un “héroe contemporáneo”, estandarte de la Revolución Ciudadana, un revolucionario que no se doblegó jamás ante los poderosos.
Glas, condenado a seis años por presuntos delitos de asociación ilícita en el caso Odebrecht y a ocho años por cohecho agravado en la causa conocida como Sobornos, aspira a una unificación de las penas para acceder al beneficio de la llamada prelibertad.
En enero de este año se lo negaron porque existía una acusación por peculado cuya sentencia aún no estaba en firme, sin embargo, ese panorama cambió a inicios de noviembre.
El mes pasado la Corte Nacional de Justicia desestimó la acusación contra el exvicemandatario y otros seis implicados en supuestas irregularidades de contratos para la extracción de petróleo en el campo Singue durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017).
Con ese fallo Glas puede pedir juntar las sanciones y permanecer fuera de la cárcel, pues ya cumplió tras las rejas más del 60 por ciento de la pena máxima.
Hace 14 días, el magistrado Emerson Curipallo de la Unidad Penal de Santo Domingo de los Tsáchilas emitió una medida cautelar que facilitó la libertad provisional del antiguo vicemandatario, quien debe presentarse una vez por semana en Guayaquil y tiene prohibida la salida del país.
El político salió en la noche del 28 de noviembre de la Cárcel 4 de Quito, donde lo esperaban decenas de personas entre amigos, activistas y medios de comunicación.
Juristas y activistas por los derechos humanos coinciden en que no existen pruebas para demostrar ninguno de los delitos por los cuales fue encausado.
Glas es considerado el símbolo del “lawfare” (guerra jurídica) en Ecuador, donde la persecución desatada por el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) contra seguidores de las ideas de Correa obligó a muchos de ellos a exiliarse.
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