Al recordar la tragedia de aquel 14 de diciembre de 2012 que dejó 26 muertos, de ellos 20 niños, el mandatario expresó: «Debemos sentirnos culpables por haber tardado demasiado en abordar este problema».
En un comunicado de prensa admitió que el Gobierno tiene la obligación moral de aprobar y aplicar leyes para evitar que “estas cosas vuelvan a ocurrir”.
Se lo debemos a los valientes y jóvenes supervivientes y a las familias que perdieron parte de su alma hace 10 años para convertir su dolor en un propósito, añadió Biden.
Desde que asumió el cargo, el presidente demócrata firmó órdenes ejecutivas para reprimir la proliferación de las llamadas armas fantasma, más difíciles de rastrear y localizar.
También a principios de este año promulgó un proyecto de ley bipartidista que refuerza las medidas de alerta roja que facilitan a las autoridades la confiscación de armas de individuos peligrosos y que profundiza en las comprobaciones de antecedentes para los jóvenes de 18 a 21 años.
«Aun así, debemos hacer más”, reiteró el ocupante del Despacho Oval al subrayar que está “decidido a prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad como los utilizados en Sandy Hook y en otros innumerables tiroteos masivos en Estados Unidos».
Sin embargo, tomar medidas para el control de las armas de fuego ha tenido, históricamente, la oposición de la Asociación Nacional del Rifle, que cuenta con un fuerte lobby en el Congreso y defiende el derecho constitucional a portar esos artefactos.
Datos recientes publicados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, arrojan que las armas de fuego son la principal causa de muerte de niños en Estados Unidos, más que las provocadas por los accidentes de automóvil y enfermedades como el cáncer.
De acuerdo con el rastreador nacional Gun Violence Archive, el 2022 podría ser el segundo año con más tiroteos masivos registrados en el país desde que en 2014 comenzaron a recopilar esas estadísticas.
Casi 630 tiroteos masivos han ocurrido hasta la fecha, poco menos que los 638 tiroteos masivos aquí a estas alturas de 2021, cuando en total hubo 690 matanzas, el peor año, a tono con el conteo de Gun Violence Archive.
El pasado mes de junio, Biden advirtió que que no se trata de quitarle los derechos a nadie, pero sí de proteger a los niños, a las familias y a comunidades enteras.
“Se trata de proteger nuestras libertades de ir a la escuela, al supermercado y a la iglesia sin que nos maten a tiros”, enfatizó.
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