Según explicó Rogov en su canal de Telegram, la cúpula debe proteger la zona de los fragmentos de proyectiles y artefactos explosivos improvisados transportados por drones.
Desde hace meses, Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de bombardear las instalaciones de la central nuclear en la provincia de Zaporozhie, que se incorporó al primero en virtud de un referendo celebrado en septiembre pasado y en el que el “sí” a la unión ganó por mayoría abrumadora.
El pasado 1 de septiembre, una misión del Organismo Internacional de Energía Atómica, encabezada por su jefe, Rafael Grossi, llegó a esa central nuclear, y tras la visita, la agencia publicó un informe confirmando los bombardeos contra la instalación.
A finales de octubre, Grossi pidió acelerar el proceso de la creación de una zona de seguridad en torno a la planta de Zaporozhie, al indicar que, cualesquiera que fueran los objetivos de las partes beligerantes en Ucrania, no se puede bombardear esa central nuclear.
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