El ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, señaló que el presupuesto para el próximo año ya está proyectado sin necesidad de un nuevo plan crediticio de esa institución financiera a corto plazo, reportó el canal Ecuavisa.
No obstante, afirmó que analizarán durante el primer trimestre si es necesario recurrir al organismo.
Los fondos para 2023 ascienden a 31 mil 503 millones de dólares y la Asamblea Nacional (Parlamento) instó hace varias semanas al Ejecutivo a hacer modificaciones para favorecer las inversiones en sectores sociales.
De acuerdo con el titular, acogieron algunas de las observaciones que realizaron los legisladores, pero el precio del barril de petróleo, estimado en 65 dólares, lo mantuvieron igual a pesar de las sugerencias de elevarlo basados en las proyecciones de organismos internacionales.
El proyecto presupuestario establece necesidades de financiamiento por siete mil 577 millones de dólares que según Arosemena se cubrirían con deuda interna y créditos de instituciones como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Esta semana, el FMI aprobó el desembolso de 700 millones de dólares para Ecuador, última entrega prevista en el acuerdo suscrito en 2020, el cual endeuda aún más al país sin resolver los problemas, estiman economistas.
Con ese desembolso concluyó el llamado programa de Facilidad Extendida firmado en 2020 por el entonces mandatario Lenín Moreno y renegociado en 2021 por el actual gobernante, Guillermo Lasso.
La deuda de los ecuatorianos con el FMI asciende ahora a siete mil 866 millones de dólares.
Si bien para el Ejecutivo concluir el programa de préstamos fue un éxito, expertos señalan cómo esos fondos no contribuyeron hasta ahora al crecimiento para generar empleos, ni se percibe la reactivación anunciada por Lasso.
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