Con un plantón frente a la embajada peruana en Quito, ecuatorianos y peruanos residentes aquí reclamaron la libertad de Castillo, el cierre del Congreso, no más represión y la renuncia de la ahora mandataria Dina Boluarte, a quien llamaron «asesina».
El pueblo está siendo masacrado por una usurpadora que nadie eligió, la puso el Congreso a dedo, por eso queremos que cierren el legislativo, que ella se vaya y regrese nuestro presidente, declaró a Prensa Latina, Marcia Rojas, peruana residente en esta capital.
En las afueras de la sede diplomática, representantes de la Coordinadora por la Paz la Soberanía, la Integración y la No Injerencia CPAZ, del ALBA de los Pueblos, así como los colectivos Universidad de la Tierra y Patria y Cultura, leyeron un pronunciamiento sobre la situación en Perú.
Ese hermano país se enfrenta a una permanente ingobernabilidad desde hace 10 años, consecuencia de la incapacidad de las clases dominantes para administrar la República, y los desastres que los han desolado durante el último medio siglo, expresaron las organizaciones.
Llamaron a los pueblos del mundo, a la comunidad internacional y organismos de derechos humanos a difundir la realidad de Perú para influir en cada gobierno ante las acciones ilegales y criminales de aquel régimen usurpador y así aminorar el tiempo y el dolor de las masas en resistencia.
Este fin de semana, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y la Federación de Estudiantes Universitario de Ecuador enviaron también mensajes de apoyo y solidaridad con el pueblo peruano.
La tensión y la indignación sobre los sucesos en el país vecino van en aumento, tras elevarse a más de 20 el número de muertos durante las protestas antigubernamentales, mientras no se avizora salida a la crisis.
Entretanto, el gobierno de Ecuador es uno de los pocos en la región que saludó la juramentación de Boluarte ante el Congreso como nueva presidenta de Perú.
jcm/avr