Así lo señaló un análisis del diario The Washington Post luego de la reciente visita a esta capital del mandatario ucraniano, quien además de dialogar con Biden tuvo sus minutos frente al Congreso norteamericano para decir a los legisladores que “su dinero no es caridad”, en referencia a la asistencia enviada a Kiev en estos 10 meses.
Ambos jefes de Estado, si bien hasta parecían en las fotos como padre e hijo, tuvieron propósitos específicos, pero a veces divergentes.
El 46 inquilino de la Casa Blanca dijo cosas como que ambos países “mantendrán encendida la llama de la libertad” y reiteró el apoyo a esa nación europea, mientras las palabras de Zelensky vinieron acompañadas de gratitud hacia el territorio norteño.
Sin embargo, para la autoridad de Kiev el objetivo estaba centrado en “pedir armas más potentes para mejorar la capacidad de Ucrania de lanzar grandes ofensivas contra las fuerzas rusas el año que viene; y hubo pocos indicios de que tuviera éxito, al menos a corto plazo”, indicó el periódico.
En un tuit publicado en este mes bajo el título “Mi lista de deseos para Navidad”, Mykhailo Podolyak, asesor de Zelensky, incluyó cinco artículos militares que la administración Biden niega suministrar, entre ellos carros de combate avanzados y misiles de largo alcance.
El quinto de esa enumeración, el sistema de defensa antiaérea Patriot, apareció en el nuevo paquete de armamento destinado por Estados Unidos a ese país, valorado en mil 850 millones de dólares y anunciado la víspera, mientras el presidente ucraniano recorría la Casa Blanca.
También su presencia allí fue a pocos días de que tome posesión, en enero próximo, el nuevo Congreso, en el cual los republicanos tendrán el control de la Cámara de Representantes y donde puede haber voces que argumentarán que ese dinero debe dirigirse a otra parte.
A juicio de la investigadora del Europe Center Rachel Rizzo, Zelensky viajó a Washington para garantizar la continuidad de la unidad en la legislatura en cuanto al apoyo militar y financiero a Ucrania, y convencer a la administración Biden de que abastezca de armamento cada vez más letal, incluido el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (Atacms).
No obstante, “que haya unanimidad en hacer retroceder a Moscú no significa que Washington y Kiev caminen al unísono”, remarcó The Washington Post.
Para Ivo Daalder, exembajador estadounidense ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), “Biden sigue preocupado por no presionar demasiado, demasiado rápido, por miedo a una escalada”.
El pasado 24 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la operación militar especial con el objetivo de desmilitarizar y desnazificar Ucrania y terminar con el genocidio contra los habitantes de la región del Donbass, que comenzó hace ocho años.
Desde entonces, Washington comprometió más de 21 mil millones de dólares en la presunta ayuda a Kiev y movió armamentos, a pesar de las alertas de medios de que menos del 30 por ciento de esos envíos llega a su destino y de las denuncias de Moscú sobre cómo ese tipo de postura solo logra prolongar el conflicto.
ro/cgc