El estudio apuntó cómo las hembras adultas y los cachorros se ven particularmente afectados, y que el cambio climático puede ser un factor en la disminución de una población estimada ahora en 618 ejemplares, frente a los 842 contados en 2016.
El Ártico se calienta más rápido en comparación el resto del mundo, y el hielo marino del que dependen los osos para la caza de focas se forma más tarde y se derrite antes cada año, comunican recurrentemente los científicos.
Para 2050, alertan, la duración de la temporada durante la cual no hay hielo podría llevar a esos mamíferos al borde de la inanición.
«Las disminuciones observadas son consistentes con las predicciones de larga data sobre los efectos demográficos del cambio climático en los osos polares», remarcó el informe del gobierno canadiense.
Al mismo tiempo, el documento advierte que no se debe establecer un vínculo estrictamente proporcional entre la disminución de los osos y la pérdida de las capas heladas marinas, pues en cuatro de los últimos cinco años hubo buenas condiciones de hielo.
Sugiere que los cambios en el número local de focas podrían ser un factor a tener en cuenta, así como la migración del oso a las regiones vecinas.
rgh/ifs