Durante un discurso la víspera en un acto en conmemoración de los 50 años del terremoto de 1972 que destruyó la capital nicaragüense, el mandatario señaló que el respeto debe darse independientemente del tamaño, ideología o religión de los países.
Ante funcionarios gubernamentales, miembros del Ejército, la Policía Nacional, juventud sandinista y otros invitados en el centro de convenciones Olof Palme, Ortega también hizo un llamado a la hermandad.
“Soñando del día en que todos lleguemos a ser hermanos en este planeta. En que todos lleguemos a ser hermanos aquí en nuestra tierra, Nicaragua, en toda Centroamérica, en toda América Latina, el Caribe, en todo el continente americano, desde Alaska hasta la Patagonia”, expresó.
Asimismo, se refirió a la importancia de no renunciar al sueño de ver alguna vez al mundo sin guerras, nazismo, agresiones, invasiones, y sin prácticas esclavistas.
Al respecto, catalogó a la región de Europa como la madre maldita de la esclavitud, pues fueron ellos (europeos) los encargados de encadenar África y traficar a los esclavos.
Al referirse al conflicto entre Rusia y Ucrania, el jefe de Estado enfatizó que el nazismo quedó con fuerza en Kiev como para atacar a Moscú, y obligó a Rusia a librar una batalla para defenderse.
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