Vucic señaló que las autoridades de la autoproclamada república de Kosovo violan e incumplen los acuerdos pactados, con el objetivo de forzar la salida de la minoría serbia del norte de ese territorio, que Belgrado nunca dejó de considerar como una de sus provincias.
El mandatario también acusó a la comunidad internacional de tolerar y apoyar a Pristina en su comportamiento y calificó de histéricos los llamados a suspender el bloqueo de carreteras, organizado por habitantes de la zona de Mitrovica, indicó la televisión local.
Desde el pasado día 10, los serbio-kosovares realizan protestas contra lo que consideran como creciente discriminación por parte del Ejecutivo de la autoproclamada república, después que sus agentes tomaron por asalto sedes administrativas y comisiones electorales.
En medio de esa situación, el ministro de Defensa, Milos Vucevic, anunció ayer que, tras consultas con el jefe de Estado, se decidió poner a las fuerzas armadas en estado de máxima alerta y aumentar la cifra de la policía especial de dos mil a cinco mil efectivos.
Hemos incluido todos los recursos al dialogar con la comunidad internacional en un esfuerzo máximo para preservar la paz y llegar a una solución de compromiso, constató esta jornada el estadista serbio.
En 2008, el parlamento de la autoproclamada república de Kosovo declaró la independencia, en violación de lo estipulado en acuerdos para poner fin a los bombardeos lanzados en 1999 por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra la entonces Yugoslavia.
La resolución 1244, aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU en junio del mencionado año, reconocía la soberanía de Belgrado sobre Kosovo y el derecho a desplegar policías para proteger a la minoría serbia, con la anuncia de la misión KFOR, formada por la OTAN.
Una de las tareas de la KFOR era evitar el surgimiento de un estado independiente en Kosovo, algo que ocurrió con la complicidad de gran parte de las potencias europeas, con la excepción de España y Grecia que aun desconocen la mencionada soberanía.
Las autoridades de Kosovo, en un intento por ampliar su control al norte de esa región, donde, según acuerdos pactados con mediación de la Unión Europea, debieron formarse municipalidades de la minoría serbia, intentaron prohibir las placas de auto emitidas por Belgrado.
En otras ocasiones, Pristina intentó imponer el cambio de matrículas, pero hubo una fuerte reacción de los serbio-kosovares y conversaciones para dirimir el diferendo. En esta ocasión la crisis se extiende ya por varias semanas, constataron aquí medios de prensa.
mgt/to