Según Gurev, eso demuestra que las empresas se recuperaron del impacto de las sanciones a partir de junio-julio, al encontrar rutas alternativas de suministros tras pasar de los puertos del Báltico a los de Rusia y aumentar las entregas a países amistosos.
Así, las exportaciones de fertilizantes rusos a la India se triplicaron hasta alcanzar 3,6 millones de toneladas, ante todo gracias al rubro de fosfatados.
También se incrementaron las entregas a Türkiye en un 40 por ciento, con 700 mil toneladas.
Otro mercado prometedor, según la Asociación, es Vietnam que importa alrededor de 3,5 millones de toneladas de abonos cada año y en 2022 levantó un arancel de compensación que aplicaba a los fertilizantes fosfatados de origen ruso.
jf/gfa