La pequeña es apenas una de los más de 21 mil ecuatorianos que, empujados por la pobreza y la inseguridad ciudadana, llegaron a esa peligrosa selva en el año a punto de concluir, según cifras del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
Esas estadísticas muestran que Ecuador es el segundo país con mayor cantidad de migrantes que intentaron cruzar este año la selva colombo-panameña.
En enero fueron 100 los migrantes ecuatorianos en esa zona, en agosto ya eran mil 581 y en octubre el número de ciudadanos de esta nación andina que intentó cruzar se disparó a ocho mil 487.
Según analistas, el país vive una segunda ola migratoria en el siglo XXI, la primera se produjo en un contexto de derrocamientos de presidentes y crisis económica y ahora el éxodo se produce en un escenario de desempleo, incremento de la pobreza, crisis en salud y violencia.
Nadie sabe con exactitud cuántos se han ido, aunque cifras oficiales indican que entre enero y octubre de este año más de 86 mil ecuatorianos salieron por aeropuertos, puertos o pasos fronterizos, es decir, por vías legales, pero no han retornado.
El canciller ecuatoriano, Juan Carlos Holguín, reconoció en una entrevista transmitida en el canal Teleamazonas que el saldo migratorio es “bastante alto”, y analizan su impacto a escala regional.
Anunció que el 11 de enero de 2023, la viceministra de Movilidad Humana asistirá a una cita en Panamá sobre el tema y, en la segunda quincena de enero, Quito será sede de un encuentro regional para tratar esta problemática.
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