Poco después entró al lugar la primera ministra, Giorgia Meloni, acompañada por el subsecretario de Estado a la presidencia del Consejo de ministros, Alfredo Mantovano, y el titular de Agricultura, Francesco Lollobrigida, a quienes siguieron otros líderes políticos del país.
Se encontraban presentes el cardenal estadounidense Michael Harvey, Arcipreste de la basílica de San Pablo Extramuros, y el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica de San Pedro, quien presidió el rito, que se extendió desde las 07:15 hasta las 07:40 hora local, tras el traslado al lugar del cuerpo desde el monasterio Mater Ecclesiae.
Unos 35 mil fieles darán cada día un último adiós en el Altar de la Confesión de la basílica a Joseph Ratzinger, cuyo funeral se efectuará el 5 de enero en ese lugar, ceremonia que será presidida por el papa Francisco
Los asistentes, quienes desde la madrugada esperan para entrar en una doble fila que se alarga kilómetros, recorren rápidamente el sagrado recinto y avanzan hasta el centro de la basílica de San Pedro, donde sobre un catafalco cubierto de terciopelo ocre está colocado el cuerpo de Benedicto.
Muchos se persignan de rodillas ante el pontífice emérito, quien viste ornamentos litúrgicos rojos, mitra blanca, zapatos negros, sin palio ni cruz pastoral, y entre sus dedos entrelazados sostiene un rosario.
El funeral se iniciará a las 09:30 hora local del jueves y será sencillo, de acuerdo con los deseos expresados por Ratzinger, con la asistencia de unas 60 mil personas y de delegaciones oficiales solo de Italia y Alemania, según precisó la oficina de prensa de la Santa Sede.
Tras el mismo tendrá lugar el entierro de Benedicto XVI en las tumbas papales de las Grutas del Vaticano, debajo de la basílica de San Pedro, donde ya descansan los restos de unos 90 pontífices.
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