Se calcula que en cada jornada, hasta las 19:00 hora local del miércoles próximo, al menos 35 mil personas puedan dar su adiós próximo a Benedicto, quien murió en la mañana del 31 de diciembre de 2022 en su residencia del monasterio Mater Ecclesiae, ubicado en los jardines vaticanos.
En el acceso a la plaza de San Pedro se evidencia un incremento de las medidas de seguridad a partir de este lunes mediante un fuerte despliegue policial, mientras miles de personas permanecen en una larga fila para entrar al tanatorio donde reposa el papa emérito.
Durante las últimas horas, los restos de Joseph Ratzinger permanecieron en la capilla del monasterio Mater Ecclesiae, y en fotografías publicadas por la oficina de prensa del Vaticano el domingo se puede apreciar al mismo con vestiduras litúrgicas rojas, una mitra en la cabeza y en sus manos un rosario.
El 5 de enero comenzará el funeral a las 09:30, hora local, en una ceremonia presidida por el papa Francisco que, cumpliendo con los deseos expresados por Benedicto, se realizará en la mayor sencillez, según informó el pasado sábado Matteo Bruni, director de la oficina de prensa de la Santa Sede.
El entierro tendrá lugar ese día en las Grutas del Vaticano, conjunto de tumbas papales situado debajo de la Basílica de San Pedro.
El evento reúne particularidades diferentes a los efectuados hasta ahora, pues nunca antes un Sumo Pontífice había presidido el funeral de su inmediato predecesor y es la primera vez en que la muerte de un papa no marca el inicio de la Sede Vacante, período que va desde el final de un pontificado hasta el comienzo del siguiente.
En las liturgias fúnebres, que comenzaron esta mañana con la exposición del cuerpo de Ratzinger en la Basílica Vaticana, las oraciones fueron modificadas, pues no se reza por un pontífice que murió reinando, por lo cual no ocurrirá el tradicional novendiali, los nueve días de luto papal.
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