En su mensaje de buenos deseos por el fin del año, el presidente Emmanuel Macron adelantó el desafío y lo abordó desde un tono optimista, recordando las medidas anunciadas, como el escudo tarifario frente al incremento de precios, y prometiendo nuevas acciones, las cuales incluyen la reincorporación de los reactores nucleares detenidos por corrosión.
Sin embargo, la realidad ya es dura para algunos sectores, con el aumento de un 15 por ciento del costo del gas desde el 1 de enero, escenario que seguirá en febrero con idéntica alza para la electricidad.
Los primeros en protestar fueron los panaderos, profesionales emblemáticos en Francia, tras considerar insostenible para los pequeños negocios la situación a encarar.
Facturas de más de 10 mil euros mensuales y amenazas de despidos de empleados fueron evocados por artesanos del pan, lo cual provocó una reacción gubernamental, que desde ya motiva a preguntar si el ejecutivo hará lo mismo con otros sectores también afectados de forma drástica por las subidas.
Esta semana, el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, sostuvo una reunión con proveedores energéticos, a los que instó a cumplir sus compromisos con la protección a las empresas pequeñas y a los emprendedores, entre ellos los panaderos, golpeados igualmente por el auge de los costos de las materias primas.
Según el titular, esas compañías pueden hacer más y algunas no están ayudando lo suficiente, por lo que podrían enfrentar sanciones.
En este contexto, el Gobierno anunció la amortiguación de las facturas de enero en las panaderías, con la reducción promedio de un 20 por ciento, y la posibilidad de rescindir los contratos sin cargos adicionales.
Le Maire informó hoy que en los próximos días recibirá a representantes de los restaurantes, en medio de las quejas por la asfixia previsible de los emprendedores de ese sector, sobre todo los más modestos.
El ministro dejó claro en la cadena France Inter que la respuesta no será la misma, porque la situación es diferente.
No activaremos el mismo dispositivo para todos, no reabriremos el “cueste lo que cueste”, dijo el funcionario, quien afirmó que las ayudas a los profesionales serán dirigidas en 2023 a los más necesitados.
La inflación en Francia cerró diciembre con una variación interanual del 5,9 por ciento, en buena medida impulsada por el aumento del costo de la energía en un 15,1 por ciento, pero ya el Instituto Nacional de Estadísticas y de Estudios Económicos (Insee) advirtió que el impacto del incremento de los precios será mayor en enero.
EL AHORRO COMO SOLUCIÓN
Una buena noticia en tan desafiante panorama es la marcha favorable del plan de sobriedad energética impulsado por el Gobierno de cara al invierno, ayudado en los últimos 10 días por temperaturas mucho más elevadas que las habituales para la época, con récords en decenas de ciudades.
Según la Red de Transporte de Electricidad de Francia (RTE), la pasada semana el consumo eléctrico retrocedió un 8,5 por ciento en relación con la media de años precedentes (2014-2019, cuando no golpeaba la Covid-19), manteniendo el escenario registrado en diciembre.
Por su parte, la compañía proveedora de gas GRTgaz confirmó una reducción del 11,2 por ciento del consumo en el período que abarca de agosto del año pasado al primer día del 2023, en comparación con idéntica etapa 2018-2019.
La previsión oficial en este contexto es que los apagones están descartados al menos hasta mediados de enero.
En su mensaje para despedir el 2022, Macron aseguró que la solución para evitar los cortes del servicio eléctrico “está en nuestras manos”, en alusión al cumplimiento del citado plan de sobriedad energética.
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