De acuerdo con un informe del Servicio Nacional de Migración (SNM) el flujo creció un 86 por ciento entre 2021 y 2022; al tiempo que llamó la atención de que solo en diciembre último ingresaron al país 20 mil 297 viajero con rumbo a Estados Unidos.
El SNM precisó que en diciembre de 2021 el número de caminantes fue de cuatro mil 194 y en diciembre de 2020 llegó a mil 133, lo que da una idea del incremento de la migración irregular. De hecho, especialistas en derechos humanos y autoridades hacen un llamado a las entidades estatales con el fin de que se preparen ante una nueva ola migratoria en este 2023.
El obispo de Darién, Pedro Hernández Cantarero, conoce muy bien esta realidad, pues ha visto cómo durante los últimos años algunos migrantes solicitan ayuda en esta provincia, según explicó la diario La Pprensa.
La mayoría de los migrantes eran atendidos en las estaciones receptoras de Darién, como las que están en San Vicente y Lajas Blancas, en la comunidad de Metetí, indicó, pero ante el elevado número de caminantes, atendieron entre 70 y 300 en sus iglesias el año pasado.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Profesionales de Darién para el Desarrollo Integral y Sostenible, Hermel López, lamentó que el presidente de la República, Laurentino Cortizo, no se haya referido a esta problemática en su informe al país, el pasado 2 de enero, desde la Asamblea Nacional(parlamento).
Según López, esta crisis humanitaria requiere un plan integral de atención, ya que al cierre de 2022 dio la impresión que las autoridades de la zona no podían hacer frente a la ola migratoria.
López insistió en que el Gobierno debe tener un mejor plan para afrontar esta realidad, acompañado de mejoras a los servicios que se brinda a los nacionales en la oriental provincia de Darién.
Otros funcionarios como el Defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc, también han solicitado a las entidades estatales desarrollar un plan de contingencia, ante la posible llegada de miles de migrantes este año.
El tapón de Darién es una de las rutas migratorias de América donde más muertes se reportan, unas 202 según estadísticas oficiales entre 2014 y 2022, sin embargo otros informes indican que gran cantidad falleció en esa ruta, pero como sus restos nunca se recuperaron, no fueron contabilizados como decesos.
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