A las 09:30, hora local, comenzó una ceremonia que, según indicó la oficina de prensa de la Santa Sede, se desarrolla de una manera sencilla, solemne pero sobria.
Ello en cumplimiento de los deseos de Benedicto, quien falleció a los 95 años el 31 de diciembre en su residencia del monasterio Mater Ecclesiae, ubicado en los jardínes vaticanos.
Se encuentran acreditados unos mil 100 periodistas que desde el 2 de enero reportan al mundo el tributo que cada día más de 65 mil personas rindieron al papa emérito, hasta sumar en los últimos tres días más de 200 mil asistentes.
Al funeral solo fueron invitadas delegaciones oficiales de Alemania e Italia, la primera integrada por el presidente de ese país, Frank Walter Steinmeier, el canciller federal Olaf Scholz y Markus Soder, gobernador de Baviera, tierra natal del pontífice emérito.
La comitiva italiana está conformada por el presidente Sergio Mattarela, la primera ministra Giorgia Meloni y otros altos funcionarios del gobierno.
También se encuentran, en representación de sus respectivos países, todos los embajadores ante la Santa Sede.
Asisten además, de manera privada, otras personalidades mundiales, entre ellas, los presidentes de Polonia y Hungría, Andrzej Duda y Katalin Novàk, respectivamente, así como la reina Sofía, de España, y el monarca Felipe, de Bélgica.
El evento reúne particularidades diferentes a los efectuados hasta ahora, pues nunca antes un Sumo Pontífice había presidido el funeral de su inmediato predecesor.
También es la primera vez en que la muerte de un papa no marca el inicio de la Sede Vacante, período que va desde el final de un pontificado hasta el comienzo del siguiente.
Los restos del papa emérito reposarán en un triple féretro como los de sus antecesores, primero en uno de ciprés forrado con terciopelo carmesí, que será introducido en otro de zinc sellado, que se ubicará a su vez dentro de un tercero, hecho de madera de olmo.
En el interior del primero, junto al cuerpo de Ratzinger, se colocarán las medallas y monedas acuñadas durante su pontificado, de 2005 a 2013, hasta su histórica renuncia, así como un cilindro de metal, que contiene un breve texto con los actos más destacables del período de Benedicto XVI.
Será enterrado en una de las tumbas de las Grutas del Vaticano, debajo de la basílica de San Pedro, donde yacen unos 90 pontífices.
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