En su sitio web, la OPS basada en informes recientes expresó su preocupación por las interrupciones de las campañas de vacunación, los servicios de nutrición y el acceso a la atención primaria, como consecuencia, entre otros factores, de la pandemia de Covid-19.
Alerta sobre la existencia de lagunas en los datos que podrían menoscabar el impacto de las políticas diseñadas para mejorar la supervivencia y el bienestar de la infancia.
El organismo considera injusto que las posibilidades de un niño puedan depender de su lugar de nacimiento y la desigualdad a la hora de acceder a los servicios de salud.
“En América Latina y el Caribe, la mortalidad en niños menores de cinco años se redujo en un 50 por ciento de 2000 a 2020, y las tasas de mortalidad en infantes mayores y jóvenes disminuyeron en un 18 por ciento”, puntualiza la fuente.
La OPS advirtió sobre notables disparidades en las tasas de mortalidad entre los países de las Américas y dentro de ellos: «En Cuba y Uruguay, por ejemplo, la tasa de mortalidad de menores de cinco años es de cinco y seis muertes por cada mil nacidos vivos, respectivamente».
Mientras que, en la República Dominicana y Haití, el índice es de 34 y 60 muertes por cada mil nacidos vivos, respectivamente.
Según los últimos cálculos publicados por el Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad en la Niñez, «cinco millones de niños murieron antes de cumplir cinco años y otros 2,1 millones de niños y jóvenes de entre cinco y 24 años perdieron la vida en 2021».
La mayoría de las muertes infantiles son evitables, y eso es posible con la ampliación de la atención primaria, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la armonización de las estrategias y la financiación entre sectores, asegura la OPS.
ro/joe