Informes discordantes del Ejército y de UNA milicia progubernamental cifran entre cinco y 11 las víctimas mortales de los atentados dinamiteros de hoy, reivindicados por Al Shabab, (Los Jóvenes, en árabe), leal a la red Al Qaeda.
La operación sigue a una ofensiva oficial iniciada en octubre pasado que permitió al gobierno somalí recuperar las ciudades de Hirshabelle y Galmudug y, en diciembre, la localidad de Adan Yabal, ocupada desde 2016 por los islamistas que la utilizaban como campo de entrenamiento y de aprovisionamiento logístico.
Al Shabab, respondió en octubre con un atentado dinamitero en esta capital que causó 121 muertos y 333 heridos y otros dos en la ciudad de Beledweyne (centro), con saldo de 19 víctimas fatales, como pruebas de su capacidad de golpear centros importantes.
El presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamoud, prometió una Guerra total contra los islamistas a los que califica como “chinches” y desde septiembre pasado despachó a unidades del Ejército y de las Fuerzas especiales a apoyar a las milicias progubernamentales en la campaña para desalojar a los islamistas.
mem/msl