Ello intensificará el requerimiento de financiación externa si los países quieren alcanzar o mantener la sostenibilidad de la deuda, expresó el presidente del Banco de Desarrollo de la región (BDC), Hyginus Leon.
Las naciones miembros prestatarias de la entidad precisarán un amplio apoyo de las instituciones financieras internacionales para alcanzar los objetivos de las Naciones Unidas, subrayó.
«La aparición de la pandemia puso de manifiesto las debilidades estructurales de nuestras economías y la magnitud de las necesidades de financiación», afirmó el experimentado economista.
Recomendó para hacer frente a las crecientes presiones fiscales la expansión de los sistemas financieros regionales para crear mercados que faciliten los flujos de capital, orientados a movilizar el ahorro y atraer los intereses del sector privado.
Leon consideró además que debían reforzarse los sistemas de gestión de las finanzas públicas y del gasto, en primer lugar para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas.
Mencionó por otra parte la importancia de vincular la asignación de recursos a los planes estratégicos de los gobiernos, mientras alertó sobre varios años consecutivos de shocks.
Sumó que la perspectiva de una desaceleración de la economía mundial y las continuas presiones sobre los precios en 2023 podrían descarrilar la trayectoria de desarrollo del Caribe.
«En este contexto, el BDC sigue haciendo hincapié en la resiliencia como ingrediente primordial de las economías y sociedades sostenibles», remarcó.
La clave para lograr la resiliencia es reducir nuestra vulnerabilidad a factores que escapan al control, al emplear los elementos a la mano para alcanzar los objetivos de desarrollo, aseveró Leon.
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