Una vez llegado al «límite legal» de endeudamiento este 19 de enero, el Departamento del Tesoro tomará «ciertas medidas extraordinarias para evitar que Estados Unidos incumpla sus obligaciones», advirtió la secretaria Janet Yellen en una carta dirigida a los congresistas, difundida el pasado viernes.
La jefa del Tesoro recordó que el tope de deuda es la cantidad total de dinero que el gobierno está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones legales y pagar, entre otros compromisos, los subsidios del Seguro Social y Medicare, los salarios militares y los intereses sobre la deuda nacional.
El tema promete ser fuente de airados debates políticos ahora con los republicanos en mayoría dentro de la Cámara de Representantes, pues tratarán de frustrar los necesarios acuerdos sobre presupuesto y financiación del país.
Estados Unidos llegó al techo de endeudamiento de 31,4 billones de dólares (millón de millones) este jueves, y los rojos (color que identifica al Partido Republicano) desde su posición de dominio en la Cámara Baja siguen condicionando cualquier pacto a que se hagan recortes masivos del gasto social.
El presidente de ese órgano legislativo, Kevin McCarthy, dijo el martes que debían iniciar de inmediato las negociaciones sobre los posibles recortes presupuestales que busca su formación si se pretende subir el límite de la deuda.
Sin embargo, la administración de Joe Biden rechazó tal demanda, que comparó con una toma de rehenes de la economía estadounidense.
En caso de un default (que el país no cuente con dinero líquido, o sea en efectivo, para hacer frente a su deuda) se crearía un pánico financiero de consecuencias catastróficas, pero, en principio, esa posibilidad se hace impensable, a juicio de observadores.
Hace 12 años, Estados Unidos estuvo al borde del precipicio, lo cual llevó a la agencia Standard & Poor’s a rebajar la calificación de solvencia del país.
El techo de la deuda es un tema que siempre va acompañado por el drama, la incertidumbre y los acuerdos de último minuto en medio de la división política entre demócratas y republicanos, y en este momento dentro de las propias filas de los rojos en la Cámara de Representantes.
Un impago provocaría la pérdida de millones de empleos y una profunda recesión con implicaciones globales.
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