El audiovisual llega a salas de su país de origen luego de proyectarse en el Festival de Cine de San Sebastián (España), en Tesalónica (Grecia) y haber sido seleccionado como mejor largometraje en el Festival Internacional de Cine de Autor de Canarias.
Barragán narra la historia de Iris y Ariel, mellizos que viven con su madre y su hermana mayor en una isla rocosa cubierta de moluscos y pájaros, donde enfrentan conflictos propios de la adolescencia, cuando la joven protagonista decide ir sola a la ciudad.
En el cine, generalmente las historias de seres que van a ciudades luego de una vida “no civilizada” -como Tarzán- se centran en la monstruosidad de lo que no está socialmente normado, pero en La piel pulpo se muestra el mundo más complejo de lo pensado, según una crítica del medio digital GK.
Para mí es importante revelar cómo, debajo del presente, hay un universo de heridas infantiles que no se ven, pero se intuyen, explicó Barragán en una entrevista a la revista ecuatoriana Plan V.
La cinta muestra sitios conocidos para los ecuatorianos, pues se grabó en lugares de la costa como Punta Barandua, Ancón, Anconcito, Bajo Alto, Salinas, y Guayaquil, y también en Quito, en la región de la sierra.
Para la joven directora, fotografiar espacios y seres en la playa donde vive su padre y que conoce muy bien, fue la semilla para crear una isla imaginaria, llena de aves y moluscos.
Los personajes principales están interpretados por jóvenes ecuatorianos que debutan en la gran pantalla: Isadora Chávez Ron, Juan Francisco Vinueza y Hazel Powel.
También forma parte del elenco la actriz Cristina Marchán, quien cuenta con una experiencia de más de 15 años en el teatro y el séptimo arte.
La producción de La piel pulpo comenzó en 2015 con fondos de cooperación internacionales que fomentan el cine en países en vías de desarrollo y presupuesto proveniente de entidades ecuatorianas, como el extinto Instituto de Cine y Creación Audiovisual, Wide Shot Films y empresas privadas.
ro/avr