El vuelo 961 de Yeti Airlines cayó en un desfiladero del río Seti en las cercanías del nuevo aeropuerto de la ciudad turística de Pokhara, matando a las 72 personas a bordo, en la peor catástrofe aérea que se recuerda en el montañoso país del Himalaya en los últimos 30 años.
Un avión que va a aterrizar debe tener los alerones de la parte trasera de las alas completamente bajos para proporcionar más control a baja velocidad y evitar que entre en pérdida, reflejó el diario The Kathmandu Post.
La razón exacta del accidente solo se conocerá tras examinar el registrador de datos de vuelo, o caja negra, añadió el informe.
Según un funcionario de Yeti Airlines, un equipo francés de nueve miembros también investiga con el personal de la aerolínea y las autoridades competentes de Pokhara las causas del siniestro del avión ATR-72.
Hasta el momento fueron recuperados 71 cuerpos de los 72 que venían a bordo, entre ellos cuatro tripulantes, mientras una persona sigue desaparecida.
Dos videos de móvil se hicieron virales inmediatamente después del accidente y uno muestra cómo el avión se inclinó bruscamente hacia la izquierda y cayó tras entrar en pérdida, mientras la segunda cinta, que apareció en internet varias horas después del siniestro, pertenece a un pasajero indio que transmitió en directo segundos antes del desplome del aparato.
Las imágenes mostraban que los alerones no estaban inclinados a 30 grados, lo cual llevó a los expertos a sospechar que el avión podría haber entrado en pérdida de sustentación por ese motivo.
El bimotor ATR 72, operado por Yeti Airlines, completaba el trayecto de 27 minutos entre Katmandú y Pokhara, a 200 kilómetros al oeste, cuando se precipitó a tierra.
Entre los 68 pasajeros había seis niños y 25 mujeres y de los 15 extranjeros cinco eran indios, cuatro rusos, dos surcoreanos y un irlandés, además de un australiano, un argentino y un francés.
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